El Argentino.

No había que preguntar la nacionalidad del cliente que solicitaba la visita, ya que su acento "che", tan propio, lo delataba. La casona de tres pisos a visitar, estaba ubicada en la calle Bellavista casi esquina de Ernesto Reyes. No quiero recordar el nombre del "simpático" empresario, así que lo llamaremos "Diego Perón", y corría el año 1984.

Había que cambiar la combinación de las cerraduras de todos los accesos al recinto, instalar cuatro cerraduras de seguridad en las oficinas interiores y reemplazar seis candados amaestrados de las cortinas metálicas, además de habilitar todas las cerraduras de los muebles. Trabajo vendido; eso significa que solo una vez terminado el trabajo recibiría el pago, sin antes mediar algún adelanto. Me complicaba eso un poco, ya que como había que comprar materiales y no me había capitalizado, en esos tortuosos inicios profesionales; es que tenía que recurrir entonces a los fondos destinados al pago del arriendo de mi casa. Total en un par de días todo estaría terminado, y se enterarían todos los otros pagos a efectuar la primera semana del mes.

No cabía dudar en absoluto de don Diego, ya que emanaban de si, toda la "amistosa" confianza y la seguridad en que la "cosa del pago"; sería una total "nimiedad" para su persona y empresa. Claro que para mi era el complemento perfecto para la solución de mis temporales y particulares problemas.

A pesar que era un "novel cerrajero", había aprendido a hacer muy bien mi trabajo y la puntualidad en la entrega era clave característica a imprimir al negocio. Así que ese día viernes a las 11 horas, ya todo estaba dispuesto para ser revisado y obtener el ansiado pago. Recorrimos entonces todo el edificio con don Diego, chequeando las llaves, y por supuesto todo lo encontró en regla. Así que como "expectante pensionado" esperaba la invitación a las oficina para recibir mi chequecito.

Los interminables rodeos dados por don Diego, significaban que había problemas para el pago, cosa que impacientaba aun más mi inocente y placida apariencia.

¡Que iba a ser hermano mío ese hijo de su madre!, pero no había más que hacer. Me retiré con el convencimiento cierto que el lunes pagaría lo adeudado mi ocasional...................¡¿"hermano"?!

Me tramitó ese lunes,

y el martes,

y el miércoles,

y el jueves,

y pa`completar la semana,

también me tramitó el viernes.

Así que vamos de nuevo:

Ya se me estaba saliendo el "Santiago Bueras" que llevo dentro. Sentía y presentía en mis células que llegado el lunes seguirían mis problemas con el argentino, y mi irracional temperamento juvenil me iba a jugar una de sus acostumbradas "malas pasadas".

Dieron las seis de la tarde y el "maldito cobarde" no apareció. La complicada secretaria, luego de unos secretos telefonazos, me indica que si quiero seguir esperando, debía hacerlo en la calle.

Ahí me terminé de disfrazar de "monstruo", quedando sólo, entre la mampara y la puerta principal; con la paciencia perdida y en una humillante e incomoda posición de limosnero.

Era ya mucho lo que me había tramitado ese argentino y la paciencia se había agotado. Entonces de mi maletín extraje un "atornillador", mejor dicho; ¡un "desatornillador"! y comencé irracionalmente a desmontar las bisagras la puerta principal, para luego rápidamente detener un taxi, que pasaba en esos precisos instantes frente a esa empresa.

-¡Ayúdeme amigo a subir esta puerta, mire que estos "gueones" no quieren pagarme mi plata!.

Rápidamente el atento "Ricardo Arjona" entiende mi posición y me ayuda a subir a la parrilla de su vehículo la pesada puerta; cosa bien estúpida de su parte; ya que yo podría ser perfectamente un ladrón en acción, pero allá el taxista y sus historias también.

Pasado de la calle Pío Nono es que detuvo su auto y sacó del maletero un "pulpo" con el que procedimos a fijarla a la parrilla y luego de consultar mi destino proseguimos camino, que lógicamente era el taller del 258.

¡Casi se va de espaldas mi padre al verme llegar con esa puerta!.

"Joselito", un amigo taxista que llegaba al taller en esa época se "mataba de la risa" de la situación. Contrastando con la notoria preocupación que dejaba sentir mi desconcertado padre.

- Esta bien don Enrique, si estos "gallos" están acostumbrados a vernos las pelotas..... - ¡Yo lo acompaño si lo llaman Kiko, y si se ponen pesados nos agarramos a "chopasos" con esos sinvergüenzas!.

- ¡Sí, de hecho lo vamos a tener que acompañar, o si no, capaz que le hagan quizás qué!,- ¿el problema es que vamos a hacer si llaman a carabineros?.

- ¡Me voy preso no mas que tanto!.

Esa respuesta despertó más y más risas, del siempre hilarante "Joselito", sumado a ello más y más nerviosismo de mi atónito y meditabundo padre, y más y más ansiedad de parte del "enbuerado* robapuertas". No pasaron ni veinte minutos y suena el teléfono consultando por mi persona. Era don "Dieguito" que antemano avisaba que mi cheque estaba "listo", y en segundo lugar consultaba,

.... ¿si había visto la puerta principal que ya no se encontraba en su lugar?.

- ¡Claro que la vi. Y si no es porqué la saco, todavía no me llama pa`pagarme.- Voy ahora ya y se la instalo!.

Como llegué con "guardaespaldas" es que no me hicieron absolutamente nada, ¡pero en sus ojos se notaba que me tenían unas ganas!. No muy apegados a la ley es que presumo estaba "el argentino", ya que estando en todo el derecho de denunciarme, no lo hizo. Al día siguiente cambié el "chocoso" en el banco, el cual pagaron de inmediato. Claro que su procedencia era de un particular que no tenía nada que ver con don "Diego"; o sea alguien se sacrificó o le prestó la "guita". Seguramente los negocios en Chile no se les darían para nada a los "chesuma", ya que al bajar por Bellavista un día como a los dos meses de ocurrido los hechos, la fachada lucía dos sendos letreros de "se arrienda", confirmándome por "enésima" vez que mi "ángel guardián" había intercedido por mí, encargándose de la salud y de la prosperidad de "Diego Perón & Cia. Ltda." al haberme tratado de estafar. Así que cuando muera, voy a solicitar al "Todopoderoso" los requisitos necesarios para llegar a ser un "ángel guardián" también, y si soy aceptado, elegiré a uno.......o... a una de ustedes como mi "teammate"........¿quién será?......................(Si,yo creo).

 

Nota: "Los blancos y puros deseos jamás serán traducidos como blasfemia". (San kiko).

Fin.

 

*Enbuerado: Dicese de la persona con carácter alterado. relativo a Santiago Bueras.